Envueltos en un abrazo lento y cadencioso las caricias breves y tiernas de un par de amantes avanzan inclementes bajo el etéreo rayo de luna;sus ojos trémulos e inquisidores levantan la mirada buscando una respuesta a su ruborizado estado. Ella, agitada e impaciente detiene no sólo sus movimientos, también su respiración en un breve minuto,buscando en la presencia de su hombre que pegado a su cuerpo la abraza y la toca dulcemente. Esta noche es el inicio de su vida junto a él,pues aunque no es una niña y su cuerpo así lo demuestra no ha sido amada con la pasión y la ternura que siempre esperó;su inocencia llega al punto de desconocer aún sus propias reacciones frente al hombre de su vida , que fuerte y masculino se muestra ante ella cual Dios poseedor de los secretos ocultos entre las sabanas de su lecho. El seguro y deseoso de su mujer toma su barbilla intentando encontrar esos ojos tímidos que se esconden por pudor, por miedo quizás y mirándola con dulzura expresa brevemente ...te amo,
robando un beso cálido ,apasionado,que lentamente descubre su boca;como un depredador ansioso por devorar a su víctima, él devora esos labios. Sus ansias por ella se trasnsforman en un deseo desenfrenado de,consumir lo que tanto esperaba con locura;ella temblando pero ansiosa de sentirse suya responde a ese beso casi suplicando que no deje de aprisionarla contra su pecho. Las caricias avanzan torpes e indefinidas , la locura del beso desesperado confunde los movimientos de sus manos, sólo desean seguir; impacientes, locos de pasión ,nada es un límite ;la ropa queda casi sin notarlo esparcida en el suelo no necesitan más que su piel tibia para sentirse cómodos . Cada una de las preguntas que minutos antes los enloquecían se han desvanecido, el pudor, los miedos, las dudas no existen sólo están ella y él en un baile interminable de besos, miradas, suspiros, gemidos y te amo. En un instante sus manos toman el deseado cuerpo femenino elevándolo delicadamente para recostarlo en el lecho que ambos han elegido para amarse; por fín será suya... la contempla con ansias, ella temerosa y llena de ganas no entiende la demora, pero él quiere verla, sentirla, poseer cada centímetro de su piel, su olor, su calor. La recorre una vez más con la yema de sus dedos suavemente causándole una ola de estremecimientos y delirios ;su cabeza presa del deseo sólo logra pensar en una cosa en el preciso momento donde el calor y la gloria será una sola y mágica composición. Perdida en un vahído logra pronunciar el nombre de su amor cogiendo sus cabellos dominada y desesperada al sentir las arrebatadoras caricias de ese hombre. No queda en la geografía del cuerpo femenino una parte sin conquistar por esa boca maliciosa que enloquece torturando; suavemente cada curva y pliegue ha sido consumido ,devorado, explotado por una lengua inquieta y juguetona. La temperatura de la piel ha fundido los cuerpos que armónicos se mueven al son de la pasion. Cual domador experimentado el peso de cada músculo impregnado de testosterona cae poderosamente sobre la sinuosa forma femenina incitando una explosión de sabores húmedos y mortales. Breves gemidos y un par de uñas que desesperadamente resbalan por la espalda del fiero domador son el resultado de la peligrosa y hambrienta aventura; presa del delirio y la pasión cumple ella cada petición de su dulce torturador, bebe él cada gota de amor y placer que su mujer le entrega. Tras cada caricia su instinto le grita que debe poseerla una vez más, temblando de delirio su cuerpo abre el camino al paraíso sólo su nombre se escapa de esos labios que han consumido la copa del amor, se aprietan una vez más y fundiéndose en un solo gemido de cansancio y placer llegan al éxtasis en un estremecimiento final marcado por la ultima mirada , la ultima frase de amor entre estos dos amantes. Enredados entre las sabanas él contempla la frágil figura de quien fué su amante; tiernamente besa su dulce tez susurrando....... cuanto te amo. La luz de la ventana le indica que ha amanecido y él tiene todo lo que desea a su lado entre sus brazos descansando perdida en algún dulce sueño su princesa, la dueña de su vida y de su amor duerme tranquila nada la arrancará de su lado, porque es completamente suya
Puede el mundo terminarse y él seguirá cobijando a su delicada flor, porque en una noche de pasión fué suya le entregó su cuerpo , su alma y su corazón.
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